jueves, 20 de octubre de 2011

Los errores de las intenciones – Preparando una conversación difícil con el Gobierno de México

“Como sostienen Stone y otros,  al hablar sobre intenciones suelen cometerse dos errores. El primero, es que atribuimos ciertas intenciones a la otra persona a partir del impacto que esas acciones tuvieron en nosotros. […] El segundo, es que creemos que nuestras buenas intenciones pueden reparar el resultado dañino.”
Al leer el artículo de “A Little Respect” http://www.time.com/time/magazine/article/0%2c9171%2c2091395%2c00.html?artId=2091395?contType=article?chn=world referente al movimiento ciudadano que está ocurriendo en India, fue difícil no vincularlo con lo que está sucediendo en nuestro país y la conversación interior que sucede dentro de mí y de algunos - por no decir muchos-  mexicanos.
En el caso de India, Hazare, aglutinó la intención de un pueblo para manifestarse pacíficamente en contra de la corrupción en su país, que a pesar de ser un país demócrata y con un crecimiento económico considerable, los problemas sociales no distan mucho de lo sucedido en Egipto y por que no, de lo que sucede en nuestro país.
Cuando los ciudadanos de un país democrático hacemos una complicidad –a través de la corrupción-  con un sistema inmoral, sufrimos de un diferente tipo de indignidad de aquellos que viven en un régimen dictatorial, sin embargo las consecuencias sociales son muy similares: amplios márgenes en la distribución de la riqueza, inestabilidad social...  mas lo que encontremos en conjunto en nuestra columna izquierda.
Esta “complicidad” parece ser  imposible de resistir incluso en una democracia, no obstante, India nos ha mostrado que existe la esperanza del cambio, donde como sociedad pudo hacer clara la intención de declarar un alto a la corrupción, iniciando su camino a la dignidad.
Creo saber la intención del gobierno de mi país por los resultados, ¿pero realmente la sé? ¿Me he dado genuinamente a la tarea de conocer sus razones para hacer lo que hicieron? ¿Me he dado a la tarea de investigar si en nuestro gobierno participan personas que son ciudadanos antes que servidores públicos?
Hasta hoy mi buena intención de un país mejor, no ha sido suficiente para lograr un cambio y reparar el daño causado por aceptar esta complicidad con un sistema inmoral. El silencio y el no actuar es hacer algo a favor de lo que sí está ocurriendo.

jueves, 13 de octubre de 2011

Distinguir entre el pensamiento y el pensador

Sin duda, este libro y en especial l capítulo VI plantean mecanismos de solución a los problemas típicos de una organización e incluso dilemas personales.
En la página 285, hace referencia a lo que considero la base de la aplicación no solo de todo el concepto de Kofman sino de la transformación del ser humano: la disociación del pensador del pensamiento.
En el link anexo, se habla sobre el modelo de aprendizaje que tenemos y pone en tela de juicio su efectividad para este siglo XXI.
¿Será capaz un individuo de darse cuenta por sí mismo de sus propios dilemas y modelos mentales y la manera en que estos se perpetuán en la repetición de conflictos a los que se enfrenta?
Acumular  mecanismos de solución (conocimiento) no garantiza la solución, es como hacer un dique para guardar el agua de lluvia y de ahí abastecernos; es finito. Entrar a las profundidades del pensador es como cavar un pozo, hasta encontrar agua y de ahí no solo cubrir nuestras necesidades, sino tener para compartir a los demás.
¿Qué tan profundo necesito ir en mí para encontrar esa  fuente de sabiduría? ¿Podré solo o necesitaré del colectivo?
La negociación constructiva es un buen bloque para construir mi dique, pero ¿qué será de este dique si no cavo en lo profundo para encontrar mi propia agua?


Para distinguir entre el pensamiento y el pensador se necesita algo más que un buen libro, algo más que fuerza de voluntad, la humildad de ser observado a través de otros… ¿será fácil identificar cuales otros?

martes, 4 de octubre de 2011