jueves, 13 de octubre de 2011

Distinguir entre el pensamiento y el pensador

Sin duda, este libro y en especial l capítulo VI plantean mecanismos de solución a los problemas típicos de una organización e incluso dilemas personales.
En la página 285, hace referencia a lo que considero la base de la aplicación no solo de todo el concepto de Kofman sino de la transformación del ser humano: la disociación del pensador del pensamiento.
En el link anexo, se habla sobre el modelo de aprendizaje que tenemos y pone en tela de juicio su efectividad para este siglo XXI.
¿Será capaz un individuo de darse cuenta por sí mismo de sus propios dilemas y modelos mentales y la manera en que estos se perpetuán en la repetición de conflictos a los que se enfrenta?
Acumular  mecanismos de solución (conocimiento) no garantiza la solución, es como hacer un dique para guardar el agua de lluvia y de ahí abastecernos; es finito. Entrar a las profundidades del pensador es como cavar un pozo, hasta encontrar agua y de ahí no solo cubrir nuestras necesidades, sino tener para compartir a los demás.
¿Qué tan profundo necesito ir en mí para encontrar esa  fuente de sabiduría? ¿Podré solo o necesitaré del colectivo?
La negociación constructiva es un buen bloque para construir mi dique, pero ¿qué será de este dique si no cavo en lo profundo para encontrar mi propia agua?


Para distinguir entre el pensamiento y el pensador se necesita algo más que un buen libro, algo más que fuerza de voluntad, la humildad de ser observado a través de otros… ¿será fácil identificar cuales otros?

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