jueves, 1 de septiembre de 2011

Integrando lo que no sabía que sabía

Concuerdo con Peter Senge al decir que este libro no es para cualquier lector, depende en gran medida del estado interior en que se encuentre quien decida leerlo. En esta era del “fast food, fast track, fast everything”, difícilmente es adoptada la idea de iniciar en el interior lo que quiero que ocurra fuera en el área empresarial, normalmente cuando se está en la carrea ascendente hacia la cúspide ejecutiva, se somete a un alto escrutinio lo que se decide “cargar”. Se busca la “píldora” que pueda ser devorada en cinco páginas y que cause un impacto inmediato en los resultados. Hace diez años comencé a dudar de la eficacia de largo plazo de este “método”;  y hace cinco años dejé de creer en él.
Al darme cuenta de que no es lo mismo saber lo que se debe hacer, que ser capaz de hacerlo, y que la determinación puede ser un arma letal al carecer de la habilidad de darse cuenta en donde es usada; comencé esa búsqueda de el origen de mis consecuencias: mis acciones, pensamientos, sentimientos consientes e inconscientes.
Es ahí donde desde hace un lustro he enfocado mis esfuerzos, y al leer prólogo de Kofman, es simplemente como ver las respuestas del crucigrama, en donde decido iniciar un nuevo juego con pluma en mano.



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